- ¿Tan seguros están los gobiernos de la Unión Europea de la bondad de estas vacunas que ya han encargado millones de dosis; 80 millones España?
- ¿Tan seguros están los gobiernos de que dichas vacunas serán aprobadas por los organismos apropiados, la Agencia Europea del Medicamento, la AEMPS española, etc.?
- ¿Se van a administrar indistintamente una u otras vacunas porque son equivalentes en resultados; y son válidas para cualquier grupo de población?
- ¿Los gobiernos tienen la certeza de que las vacunas son seguras, de que no se producirá administrándolas más daño que el beneficio que se pretende, teniendo en cuenta que se pondrán a personas sanas?
¿Qué argumentos piensa emplear el gobierno español para convencer a las personas remisas a vacunarse de que les conviene hacerlo?. Todas estas cuestiones y algunas más se han planteado Luis Miguel Palomo y Miguel Ángel Martín (miembros del Comité Ético de Investigación Clínica de Cáceres) en un artículo que pueden leer completo en el siguiente enlace : http://saludineroap.blogspot.com/2020/12/la-covid-19-y-sus-inciertas-vacunas-por.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+SaludDineroAtencionPrimaria+%28Salud%2C+dinero+y+Atenci%C3%B3n+Primaria%29
En el mismo resaltan la efectividad de la vacunación sistemática, que en el caso de la población infantil alcanza una cobertura del 90%. Vacunas, todas ellas respaldadas por grandes ensayos clínicos desarrollados durante años. En el caso de la pandemia por covid-19, los laboratorios están trabajando contra reloj posicionándose todos ellos en una suerte de carrera de quién da más (inmunidad) hecho éste que la población no ha pasado por alto. Contrariamente a lo que algunos piensan, no es la desinformación, sino la falta de certeza lo que ha creado dudas y rechazo hacia la vacuna contra el covid-19.
Y esto es lo que pide la población, certeza; de que se han cumplido todos los pasos y no se ha saltado ninguna fase del protocolo establecido para los ensayos clínicos.
La última fase tan importante como la que más, la publicación en prestigiosas revistas, con rigurosos criterios de valoración de los manuscritos, abre el camino de la vacuna o del medicamento a la aprobación para su uso por las agencias evaluadoras y a su aceptación y difusión entre los profesionales de la salud.
La publicación de los datos, número de participantes, estado de salud de los mismos, grupos de edad, que no es lo mismo dos de veinte que uno de cuarenta ( con sorna por favor) de alguna manera llegan a la población, aunque ésta no vaya a leerlos nunca. De la misma manera, que ha llegado la información de que la tasa de vacunación de la gripe en el personal sanitario – personal de riesgo – se sitúa en un escaso 35 por ciento.
O que según los datos de una encuesta realizada por el Consejo General de Enfermería, dos de cada 10 enfermeras de centros sociosanitarios declara que no tiene intención de ponerse la vacuna del Covid-19. Y alega como motivo principal de la indecisión, la incertidumbre sobre la eficacia y la seguridad del antígeno. Estoy segura que en este caso no es por desinformación, sino por sentido común, principio de precaución.
El pasado viernes día 4 se reunió el Consejo Extremeño de Salud, esta asociación expuso al Consejero de Sanidad y Asuntos Sociales, José María Vergeles, la necesidad de trasladar a la población una información clara y veraz, información que despeje toda duda sobre el buen hacer de los laboratorios y la eficacia de las vacunas. Como Consejero de salud y médico que es, nos no nos queda ninguna duda que así se hará, que a pesar de los inconvenientes por los que atraviesa la Comunidad de Extremadura, velará por una sanidad de calidad.