El consumo de nicotina, blanqueado con la llegada de los vapers hace muchos años, ha traído de cabeza a las agencias reguladoras y ministerios de de sanidad de los distintos gobiernos.
La industria tabaquera, como en cada cambio regulatorio a nivel internacional, se adaptó y encontró una vía por la que explotar sus productos sabiendo en todo momento cual era su objetivo: los jóvenes.
Vapear, se ha constituido como una forma de consumir nicotina bajo la premisa de que no son cigarrillos y por tanto inofensivos.
La industria perfeccionó sus productos para hacerlos atractivos, hasta el punto de parecer un producto inocuo. El recurso preferido consistió en usar aromas dulces que evocaran golosinas u olores agradables que podrían atraer a nuevos consumidores, con la esperanza de que enganchados a la nicotina acaben derivando sus hábitos en el consumo de otros productos.
Ante éste escenario, el Ministerio de Sanidad, ha publicado el proyecto de Real Decreto que afectará a la norma sobre tabaco y productos relacionados.
Integrada en el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027, pretende conseguir cambios introduciendo modificaciones en el RD 579/2017 que regula la distribución, fabricación, etc. de productos asociados al tabaco.
Entre las novedades están:
- Evitar la publicidad de colores llamativa en los envases.
- Regulación de los cigarrillos sin nicotina con avisos y advertencias de salud.
- Limitación de aromatizantes en los cigarrillos electrónicos para disminuir su atractivo.
- Se regulan dos nuevos productos: Bolsas de nicotina y productos a base de hierbas calentadas.
- Modificación del etiquetado aumentando las referencias a advertencias sanitarias.
El proyecto da un plazo para adaptación de los fabricantes de 10 meses y de 12 a los vendedores para deshacerse del stock acumulado.